Los cascos viejos o dañados deben ser reemplazados. El casco está diseñado para absorber los impactos mediante la destrucción parcial de la carcasa y la estructura interna. Es posible que estos daños no sean visibles. Por lo tanto, si el casco recibe un golpe fuerte, debe destruirse y sustituirse por otro, aunque parezca que está intacto. El casco tiene una vida útil limitada y debe sustituirse cuando muestre signos evidentes de desgaste.
Las piezas del casco pierden resistencia con el paso del tiempo, por lo que se recomienda cambiar el casco cada tres años, incluso si no ha sufrido impactos ni daños.